Vamos a retomar la actividad de este blog mostrando cuales son las consecuencias de una mala refrigeración.
Todos somos conocedores de la importancia de la refrigeración, pero en este caso vamos a comentar cuales pueden ser las peores consecuencias de un fallo en este sistema.
Existen diferentes tipos de refrigeración de un motor, aunque el método más común es mediante líquido refrigerante. A pesar de que las consecuencias de otros sistemas, como los de aire forzado, son parecidas, vamos a centrarnos en el sistema más común en los motores de automóviles.
Para controlar la temperatura de un motor hemos de conseguir evacuar calor. Uno de los sistemas por los que se evacua gran parte es por el sistema de escape, donde los gases calientes de la explosión salen al exterior mediante el tubo de escape. Aunque aproximadamente un 30% del calor del motor se disipa por el escape, se requiere de algo más para mantener la temperatura del motor estable en todos sus componentes internos. Una gran parte de la refrigeración la lleva a cabo el sistema de lubricación, pero este no es suficiente para disipar la gran cantidad de calor generada por las explosiones en los cilindros.
Tenemos un dato más al respecto, no solo hemos de evacuar calor, también hemos de mantener una temperatura de funcionamiento estable y lo más uniforme para evitar choques térmicos entre las piezas, además de conseguir un máximo rendimiento del motor.
Pues para ello se requiere de diferentes componentes, como podemos ver en el siguiente esquema.
Esquema refrigeración (fuente internet) |
Como podemos ver en el esquema el líquido refrigerante rodea, mediante cavidades, los cilindros y cámaras de combustión. Estas cavidades o pasos realizados en bloque y culata están comunicados para favorecer el paso de líquido. Para poder disipar el calor absorbido por el refrigerante, este se mueve mediante una bomba donde se lleva a un radiador que permite reducir la temperatura. El paso del fluido al radiador lo controla el termostato que es el encargado, junto con el ventilador, de mantener una temperatura lo más estable posible. Se trata de un circuito cerrado, pero requiere de un vaso de expansión (depósito) que permita la dilatación del líquido una vez caliente.
A grandes rasgos hemos expuesto como refrigera un motor, pero ¿por qué es necesario tener una idea de como funciona? El motivo es simple, para comprender mejor las consecuencias.
Por fin podemos comenzar a exponer los posibles problemas que afecten la refrigeración del motor. Los fallos habituales son bombas rotas, ventiladores que no funcionan, sensores o termocontactos eléctricos estropeados, pasos obstruidos por corrosión, termostatos rotos, incluso poros en la culata, pero el más común son las fugas de refrigerante.
Si bien todos los problemas anteriormente descritos pueden tener graves consecuencias, en función del tiempo de reacción del usuario ante la tan temida luz roja, el más peligroso es la falta de líquido.
¿Que pasa si no disipamos suficiente calor y la temperatura del motor supera la zona roja?
Si superamos la temperatura máxima de trabajo admitida por el motor, las consecuencias pueden variar, pero el tiempo de funcionamiento una vez producido el sobrecalentamiento suele ser un factor fundamental, si además se produce una falta de líquido en bloque o culata se aceleran las consecuencias.
Lo primero que suele suceder es que la famosa junta de culata se requema pudiendo permitir comunicar el cilindro y cámara de combustión con los pasos de refrigeración, además el exceso de calor puede producir deformaciones en el plano de contacto de la culata, sobre todo en el caso de las de aluminios (prácticamente todas en la actualidad), una vez más, inutilizando la tarea de la junta de la culata y permitiendo que se comuniquen los pasos de aceite con los de refrigerante o los cilindros con la refrigeración. Por si esto no fuera poco se puede favorecer la aparición de fisuras o poros en la culata inutilizándola.
Pero si aun así no nos detenemos ¿qué pasa?
El siguiente punto suele ser la deformación y fundición de elementos de plástico, como pudieran ser pipas de agua u otros atornillados al motor y en contacto con este.
Por último llegaríamos al gripado de motor, los pistones comienzan a dilatarse más de lo debido incluso llegando a deformarse y fundirse, los cilindros se deforman (sobre todo en el caso de bloque de aluminio), el aceite excesivamente caliente comienza a perder efectividad, la capa endurecida de las camisas pierde sus propiedades, llegándose a realizar surcos, y por fin los pistones sobre dilatados no pueden avanzar más y se para el motor.
Motor 1.6l de Audi A3 gripado. |
La tragedia se debió a la falta de líquido y a el descuido. |
Pistón fundido, desde luego circuló buen rato recalentado. |
Cilindros rayados y deformados, un desastre. |
Más o menos, sin profundizar demasiado, hemos expuesto las consecuencias de un sobrecalentamiento. Desde luego prácticamente todo se puede reparar, pero si llegamos al gripado del motor, lo mejor es substituirlo porque el daño es muy caro y complejo de reparar.
Desde luego llegar a gripar no es casualidad y el mal uso tiene mucho que ver, pero con lo expuesto nos podemos dar cuenta de lo importante del sistema y de sus caras consecuencias.
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